INTRODUCCIÓN.
Invocación inicial.
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre.
R. Como era en el principio.
Antífona.
Vosotros, los que pasáis por el camino, mirad, fijaos: ¿Hay Mayor Dolor que mi dolor?
Mira, Señor, mis angustias y la amargura de mis entrañas.
Lectura del Evangelio Juan 19,25 – 27.
Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”.
Luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Oración.
Señor, Dios nuestro,
que en la bienaventurada Virgen María,
unida a la obra redentora de tu hijo,
nos ha dado un modelo de discípulo fiel
que escucha y cumple tus mandamientos;
abre nuestros corazones para escuchar tu palabra
y acrecienta en tu pueblo los frutos de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Conclusión.
Dios todopoderoso que, con providencia amorosa, dispuso que María, madre de los discípulos de Cristo, contribuyera a nuestra redención, nos bendiga y nos guarde, nos libre de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
